Córdoba Romana
Córdoba es
una de las ocho provincias que forman la Comunidad Autónoma
de Andalucía. Posee una extensión superficial de 13.723,20
kilómetros cuadrados, lo que la convierte en la segunda provincia
más grande de Andalucía y la decimotercera de España.
El río Guadalquivir atraviesa su territorio de este a oeste
y la divide en dos regiones casi simétricas. La zona situada
al norte del río comprende la región montañosa
de Sierra Morena y una zona mesetaria que se extiende hasta el Guadalquivir.
Esta parte se dedica principalmente a la ganadería extensiva.
Las tierras al sur del río comprenden la Campiña,
que se extiende por el suroeste hacia Sevilla. Estas tierras son
magníficas para la agricultura. En la parte más meridional
de la provincia se sitúa la zona de la Penibética,
donde se encuentran cultivos de vid y de olivar.
Los orígenes de Córdoba se pierden en el tiempo. Su situación cercana al río y la riqueza de las tierras de la campiña la configuraron como lugar idóneo para las primeras ocupaciones prehistóricas. Pero no es hasta el Bronce Final (siglos IX y VIII a.C.) cuando se crea el primer asentamiento propiamente dicho. Con la llegada de fenicios y griegos a la península, la ciudad se reafirma como un importante centro minero y comercial gracias a la navegabilidad del Guadalquivir. Este hecho favoreció las relaciones y la difusión artística y comercial, integrando a esta localidad con las principales urbes del momento.
Fue a mediados del siglo II cuando un general llamado Claudio Marcelo, funda Corduba, erigiéndose desde este mismo momento como capital de la Hispania Ulterior. Años prósperos fueron los de la República, truncados por la victoria cesariana en la batalla de Munda, al tomar la ciudad partido por el bando pompeyano. Tras los primeros años de declive imperial, el César Augusto restituye el merecido estatus de esta zona reservando sus tierras a los mejores veteranos de sus tropas, otorgándole el título de Colonia Patricia. Córdoba vive, bajo dominio romano, una intensa monumentalidad y enriquecimiento de su infraestructura pública. Sin duda se mantuvo un gran movimiento comercial y cultural, muestra de ello son los dos foros, el colonial y el provincial, que acogía la ciudad. Se levantan grandes edificios, como el recientemente descubierto anfiteatro máximo, grandiosos templos, caso del situado en la calle Claudio Marcelo y se adornan las calles con excelsas esculturas.
Sin embargo, en el siglo VIII, tuvo lugar un hecho que cambiará la Historia de todo el mundo occidental y que tiene como escenario nuestra ciudad. Un contingente de tropas árabes desembarca en las costas mediterráneas. Fácilmente se hacen con el poder del debilitado reino visigodo. Córdoba es tomada por Mugit, lugarteniente de Tariq, dándose desde este momento la convivencia de los pueblos cristianos y musulmanes. Muestra de ello es el traslado de la primitiva musalla (plataforma para la oración extramuros de la ciudad) hasta la basílica de San Vicente, lo que constituyó el germen de la actual Mezquita aljama, previo pago por la compra de parte de la basílica. La llegada del omeya Abd al-Rahman I, el Huido, el Desheredado, unió a los bandos descontentos con la política imperante y a los seguidores del futuro emir. En el año 756 se produce la toma de Córdoba y la proclamación de la misma como capital del emirato independiente de Al-Andalus. Abd al-Rahman I realizó la primera gran ampliación de la Mezquita Aljama de Córdoba y reconstruyó las murallas y el Alcázar.
En junio de 1236, las tropas de Fernando III el Santo llegan a las puertas de la ciudad. La toma no lleva mucho tiempo, produciéndose la entrada del ejército cristiano el día 29 del mismo mes. Se inicia entonces la repoblación cristiana de Córdoba, centrándose ésta en los arrabales musulmanes, sobre todo en la zona de la Ajerquía. Con Fernando III se proyectan 14 iglesias, siete en la medina, ahora Villa, y siete en la Ajerquía, llamándose Iglesias Fernandinas en honor al rey.
Felipe II, a finales del siglo XVI, trata de restablecer la importancia de esta ciudad. Manda construir las Caballerizas Reales y en su honor se construye la Puerta del Puente. Sin embargo, esta efímera recuperación se ve frenada por la administración borbónica, responsable de la total decadencia que se vive, aunque este hecho no merma las construcciones de edificios barrocos, de gran calidad y riqueza. A principios del siglo XIX Córdoba sufre el asedio de la ocupación francesa. Fiera fue la lucha y constante la oposición que encontraron los ejércitos napoleónicos. Pese a ello, la renovación urbanística que se proyecta en estos años de gobierno francés será predominante en el futuro. Las disputas carlistas, años más tarde, empobrecen aún más la economía de la localidad
Será a mediados del siglo XX cuando Córdoba recupere parte del esplendor e importancia perdidos en el pasado. El crecimiento de la población y la economía, así como la creación de la Universidad, enriquecen artística y culturalmente la ciudad. Se proyectan nuevos edificios y la Córdoba cosmopolita se siente preparada para convivir con su patrimonio histórico, siendo la proclamación de parte de la ciudad como Patrimonio de la Humanidad, uno de los mayores orgullos de todos los ciudadanos, concienciados en la conservación y difusión de nuestra Historia.
Puente Romano
Levantado en época de Julio César, constituye una suma de reformas y reconstrucciones que abarcan desde el 720 hasta 1930; siendo en los siglos XVII Y XVIII cuando tienen lugar las transformaciones más notables. Originalmente tuvo diecisiete arcos, eliminándose posteriormente el de la orilla derecha tras el encauzamiento de esta margen del río. Los arcos son en su mayoría de medio punto, excepto cuatro apuntados y los dos de los extremos que difieren de los demás. Los quince pilares con tajamares y espolones son de planta y estructura variada. En 1651 se colocó una estatua de San Rafael en uno de los pretiles
Templo de Claudio Marcelo
Situado en la calle Claudio Marcelo, su construcción data de la época julio-claudia, o comienzos de la flavia, en torno al último tercio del s. I d. C. las dimensiones de sus cimientos, 31'5 mts. de longitud por 16 mts. de anchura, lo equiparan a la Maison Carré de Nimes. Se encontraba dividido en tres partes fundamentales: la escalinata de acceso, el pronaos y la cella o nave principal, alzándose sobre un podivm de 3' 5 mts. al que se accedía por una escalinata precedida de un altar abierto al cielo.
Otros Lugares de Interes posteriores a la época romana
Torre de Calahorra
Torre de carácter defensivo situada en la entrada del Puente Romano, fue mandada construir por Enrique II de Trastamara en el año 1369, en la actualidad es sede del interesante Museo de las Tres Culturas.
Alcázar de los Reyes Cristianos
Edifico militar de estilo gótico construido por Alfonso XI en 1328. Allí
vivieron los Reyes Católicos en el período de la reconquista, donde recibieron a
Cristóbal Colón antes del viaje a las Américas.
Sus jardines son magníficos y
posee piezas de incalculable valor arqueológico: como un Sarcófago hispano
romano del III d. C. y unos magníficos mosaicos del s. I d. C. Tiene varias
torres, la del Homenaje, la de los Leones, por donde se entra, y la más situada
al sur, llamada de la Inquisición por haber sido sede del Santo Oficio desde el
siglo XV hasta mediados del XIX.
Mezquita - Catedral
Es el monumento más emblemático de la ciudad. Está considerada como una de las mayores mezquitas del mundo islámico, fruto de las ampliaciones que se realizaron a través de su historia. Erigida por Abd al-Rahman 1 entre los años 786-788 sobre una antigua basílica visigoda, aúna elementos arquitectónicos romanos, visigodos e islámicos. Fue ampliada sucesivamente por Abd al-Rahman II, Al-Hakam II y Almanzor.
Tras la conquista cristiana en 1236 fue consagrada en Catedral. En 1523 bajo la dirección del Obispo Manrique y tras el permiso de Carlos V; se
inician la construcción de la .Catedral, con proyecto de Hernán Ruiz I y que fue continuado por su hijo Hernán Ruiz 11, y su nieto Hernán Ruiz III, finalizándose en el siglo XVII. En el s. XVIII se añade la sillería del coro, obra del sevillano Pedro Duque Cornejo.
Ruta facilitada por la Oficina de la Ruta Bética romana
Más información: http://www.beticaromana.org/