Quienes somos

Vértice entre Europa y Africa y punto de encuentro del Océano Atlántico y el Mar Mediterráneo, ha sido codiciada a lo largo de los siglos por numerosas culturas desde que la historia es historia y aún mucho antes.
El territorio andaluz representa el 17,3 % de España, con una superficie de 87.268 km² y con una extensión superior a países como Bélgica, Holanda, Dinamarca, Austria o Suiza.

La diversidad de paisajes y accidentes geográficos generan un abanico de formas que van desde el cálido valle del Guadalquivir, a las frondosas sierras de media montaña, pasando por paisajes volcánicos como el desierto de Tabernas o por los de las blancas cumbres de Sierra Nevada.
El río de Andalucía, el Guadalquivir, es fuente de vida en su cruce transversal del territorio andaluz.
En apenas cuarenta kilómetros se pasa de un paisaje alpino a otro tropical en la orilla del Mar Mediterráneo. El litoral andaluz, con sus casi 900 kms de longitud, alberga gran numero de poblaciones y playas que son la delicia de cuantos las visitan.
Todo este conjunto conforma una amalgama de ofertas turísticas que oscilan entre la monumentalidad de los grandes núcleos al tipismo de los pequeños pueblos, continua fuente de inspiración de todo tipo de artistas.
Actualmente Andalucía es una comunidad moderna, dotada de grandes infraestructuras, que sabe recibir con cariño a cuantos la visitan y que, a pesar de ser consciente de que tiene que ir con los tiempos en una constante modernización, tiene un exquisito cuidado en conservar sus raíces y en mantener el importante patrimonio, cultural y monumental, heredado de sus antepasados.
Andalucía, se consolida como principal destino vacacional de los españoles y uno de los principales para los extranjeros.

Historia

La revolución del Neolítico, el descubrimiento de la agricultura, el paso del nómada al sedentario, llegó a Europa desde Africa a través de lo que hoy se conoce por Andalucía. Este eje de influencia se completará con el desplazamiento Este - Oeste, del mundo mediterráneo al universo atlántico, que se inicia con la revolución de los metales y la llegada por mar de pueblos colonizadores del Este. Esta confluencia de fertilidad de la tierra, metalúrgia y minería producirá el fenómeno de Tartesos, la misteriosa civilización desaparecida que habita el sur de la península ibérica desde la edad del bronce, la primera monarquía conocida en el Occidente de Europa. Roma se fijará en estas tierras al comprobar que es la puerta abierta a la amenaza de Cartago. Sus legiones aparecen por primera vez en el siglo III a.C.
Esta provincia exuberante, la Bética, pasará a formar parte durante siete siglos del gran mundo civilizado, y aportará al imperio metales, vinos, aceite, trigo, filósofos, escritores y los dos primeros emperadores nacidos fuera de la península itálica: Trajano y Adriano. Por el Norte aparecen otros pueblos. Desde la otra orilla del Rin descienden los vándalos y llegan en el 411 d.C., se instalan en el valle del Guadalquivir y en el norte de Africa, y durante medio siglo unirán las dos orillas continentales. Antes de ser expulsados por los visigodos, aportaran un nuevo nombre a este extremo de Europa: Vandalucía.
Desde su entrada en el año 711, el Islam significa para estas latitudes una aventura prodigiosa. El Califato de Córdoba fue durante mucho tiempo el estado más sofisticado de Europa. Los árabes aportan técnicas de aprovechamiento agrícola, conocimientos botánicos y científicos, poesía y desarrollo intelectual durante ocho siglos.
Su descomposición política será aprovechada por los reinos cristianos del norte de la península, que aceleran su Reconquista. En 1236 cae Córdoba, y Sevilla en 1248. El último bastión, el reino de Granada, es conquistado por los Reyes Católicos en 1492. Ese mismo año, Colón zarpa de un puerto andaluz, Palos,en Huelva, para descubrir América. El centro de gravedad económico y político del mundo se desplaza.
Una ciudad andaluza interpreta este momento crucial, alcanza su mayor gloria durante 150 años, y se convierte en el lugar donde "late el corazón de Europa". Sevilla es el centro neurálgico del imperio español; a su puerto llegan las naves cargadas del oro y la plata de América, y de ahí salen acuñadas para ser repartidas por los países europeos. Cádiz, más tarde, continúa el protagonismo andaluz en las relaciones con las Indias. Otra localidad andaluza, Sanlúcar de Barrameda, pasa a ser el principio y el fin de la Primera Vuelta al Mundo.
La historia andaluza más reciente está ligada a un siglo XIX convulso, que se inicia con la Guerra de la Independencia y la aprobación de la primera Constitución española en las Cortes de Cádiz de 1812. Los intentos de modernización e industrialización, la masiva explotación de los recursos mineros, el aumento espectacular de las exportaciones de vino y aceite son los sucesos más destacados de un trasfondo económico que se resiste a cambiar y permanece anclado en la agricultura.
El siglo XX se abre con propósitos de regeneración y se impregna rápidamente del optimismo de los años 20. Sin embargo, la persistencia de la inestabilidad social desemboca en el trance de la Guerra Civil de 1936 y sus secuelas. Tras la fulgurante transformación económica y social de las décadas 60 y 70, se instaura la democracia y Andalucía se constituye como Comunidad Autónoma en 1981, siendo la Junta de Andalucía el máximo órgano de gobierno y su Parlamento el instrumento supremo de representación para una población que ronda los ocho millones de habitantes.

Situación Geográfica

Andalucía es puente de unión entre dos continentes, África y Europa, y punto de encuentro entre el Atlántico y el Mediterráneo.
Con 87.268 km², Andalucía es la segunda Comunidad Autónoma más extensa de España. Su orografía está determinada por la depresión del valle del Guadalquivir que discurre entre formaciones montañosas: la Sierra Morena al Norte y las Cordilleras Béticas al Sur.
El Guadalquivir ha creado un valle fértil a quién da su nombre, y constituye junto a su afluente, el río Genil, el eje fundamental que configura físicamente a Andalucía. Desde su nacimiento en el Este, en la Sierra de Cazorla, a su desembocadura en el poniente, junto a las marismas del Parque Doñana, el Guadalquivir es fuente de la vida para el territorio que atraviesa.
El 50% del territorio andaluz es montañoso, una tercera parte se encuentra por encima de los 600 metros, con una gran altiplanicie y 46 cumbres que sobrepasan los 1.000 metros. Por su altitud -Mulhacén y Veleta superan los 3.400 metros - Sierra Nevada, en plena Cordillera Penibética, se erige la reina de las alturas.
En el sistema de ferrocarriles, la gran estrella es el AVE (Tren de Alta Velocidad), que recorre la distancia entre Madrid y Sevilla en apenas dos horas y media y ha supuesto una verdadera revolución. El establecimiento de esta línea ha facilitado a su vez la comunicación entre Madrid y Málaga, cuyos trenes Talgo Pendular pueden utilizar la línea de Alta Velocidad entre Córdoba y la capital del país
Otros enlaces ferroviarios regionales conectan todas las capitales provinciales con varios recorridos diarios. Se mantiene por su interés turístico el tren de lujo Al-Andalus.
Hoy, la red de autopistas, autovías y carreteras se extiende a lo largo de más de 24.000 km.
El tráfico aéreo cuenta en Andalucía con una importante dotación de modernos y amplios aeropuertos: Dos aeropuertos internacionales, Málaga y Sevilla completan una oferta que conecta Andalucía con las principales capitales españolas, europeas y numerosos puntos del resto del mundo.
El lugar estratégico ocupado por Andalucía, bañadas sus costas por el Mediterráneo y el Atlántico, hace de sus puertos, y en concreto el de Algeciras, uno de los nudos principales del tráfico marítimo mundial.
Otros puertos, Huelva, Cádiz, Málaga y Almería, son origen de líneas de transporte y por su extenso litoral se reparten treinta y siete puertos deportivos; además, Sevilla dispone de dos puertos fluviales. Todos son auténticos generadores de una gran actividad comercial y turística.

Turismo en Andalucía

Distraerse en Andalucía, ampliar conocimientos, hacer deporte, disfrutar de la naturaleza, descansar o perder agradablemente el tiempo en un ambiente tranquilo son opciones al alcance de cualquier visitante.
El repertorio de instalaciones deportivas es amplio. El esquí tiene en Sierra Nevada su estación europea más meridional. Con respecto al golf, la Costa del Sol dispone de la mayor densidad de recintos destinados a este deporte del continente europeo, diseñados por especialistas como Gary Player o Severiano Ballesteros entre otros. Las pistas de tenis, públicas o privadas, son también abundantes y bien equipadas.
Los aficionados a la hípica tienen en Andalucía uno de sus paraísos, donde realizar cursos de aprendizaje o excursiones al aire libre. A estas propuestas se añaden los centros dedicados a deportes de riesgo, la espeleología y el montañismo, y deportes aéreos con las nuevas modalidades de vuelo en ala delta, parapente, ultraligero o globo. El motociclismo, el automovilismo tiene en el Circuito de Velocidad de Jerez una de sus citas internacionales.
La infraestructura turística tradicional de la costa permite la práctica de actividades deportivas como la vela, el windsurfing, el esquí acuático o el submarinismo, en aguas del Atlántico y del Mediterráneo.