Historia de Andalucía
La revolución del Neolítico, el descubrimiento de la agricultura, el paso del nómada al sedentario, llegó a Europa desde Africa a través de lo que hoy se conoce por Andalucía. Este eje de influencia se completará con el desplazamiento Este - Oeste, del mundo mediterráneo al universo atlántico, que se inicia con la revolución de los metales y la llegada por mar de pueblos colonizadores del Este. Esta confluencia de fertilidad de la tierra, metalúrgia y minería producirá el fenómeno de Tartesos, la misteriosa civilización desaparecida que habita el sur de la península ibérica desde la edad del bronce, la primera monarquía conocida en el Occidente de Europa. Roma se fijará en estas tierras al comprobar que es la puerta abierta a la amenaza de Cartago. Sus legiones aparecen por primera vez en el siglo III a.C.
Esta provincia exuberante, la Bética, pasará a formar parte durante siete siglos del gran mundo civilizado, y aportará al imperio metales, vinos, aceite, trigo, filósofos, escritores y los dos primeros emperadores nacidos fuera de la península itálica: Trajano y Adriano. Por el Norte aparecen otros pueblos. Desde la otra orilla del Rin descienden los vándalos y llegan en el 411 d.C., se instalan en el valle del Guadalquivir y en el norte de Africa, y durante medio siglo unirán las dos orillas continentales. Antes de ser expulsados por los visigodos, aportaran un nuevo nombre a este extremo de Europa: Vandalucía.
Desde su entrada en el año 711, el Islam significa para estas latitudes una aventura prodigiosa. El Califato de Córdoba fue durante mucho tiempo el estado más sofisticado de Europa. Los árabes aportan técnicas de aprovechamiento agrícola, conocimientos botánicos y científicos, poesía y desarrollo intelectual durante ocho siglos.
Su descomposición política será aprovechada por los reinos cristianos del norte de la península, que aceleran su Reconquista. En 1236 cae Córdoba, y Sevilla en 1248. El último bastión, el reino de Granada, es conquistado por los Reyes Católicos en 1492. Ese mismo año, Colón zarpa de un puerto andaluz, Palos,en Huelva, para descubrir América. El centro de gravedad económico y político del mundo se desplaza.
Una ciudad andaluza interpreta este momento crucial, alcanza su mayor gloria durante 150 años, y se convierte en el lugar donde "late el corazón de Europa". Sevilla es el centro neurálgico del imperio español; a su puerto llegan las naves cargadas del oro y la plata de América, y de ahí salen acuñadas para ser repartidas por los países europeos. Cádiz, más tarde, continúa el protagonismo andaluz en las relaciones con las Indias. Otra localidad andaluza, Sanlúcar de Barrameda, pasa a ser el principio y el fin de la Primera Vuelta al Mundo.
La historia andaluza más reciente está ligada a un siglo XIX convulso, que se inicia con la Guerra de la Independencia y la aprobación de la primera Constitución española en las Cortes de Cádiz de 1812. Los intentos de modernización e industrialización, la masiva explotación de los recursos mineros, el aumento espectacular de las exportaciones de vino y aceite son los sucesos más destacados de un trasfondo económico que se resiste a cambiar y permanece anclado en la agricultura.
El siglo XX se abre con propósitos de regeneración y se impregna rápidamente del optimismo de los años 20. Sin embargo, la persistencia de la inestabilidad social desemboca en el trance de la Guerra Civil de 1936 y sus secuelas. Tras la fulgurante transformación económica y social de las décadas 60 y 70, se instaura la democracia y Andalucía se constituye como Comunidad Autónoma en 1981, siendo la Junta de Andalucía el máximo órgano de gobierno y su Parlamento el instrumento supremo de representación para una población que ronda los ocho millones de habitantes.
Situación Geográfica
Andalucía es puente de unión entre dos continentes, África y Europa, y punto de encuentro entre el Atlántico y el Mediterráneo.
Con 87.268 km², Andalucía es la segunda Comunidad Autónoma más extensa de España. Su orografía está determinada por la depresión del valle del Guadalquivir que discurre entre formaciones montañosas: la Sierra Morena al Norte y las Cordilleras Béticas al Sur.
El Guadalquivir ha creado un valle fértil a quién da su nombre, y constituye junto a su afluente, el río Genil, el eje fundamental que configura físicamente a Andalucía. Desde su nacimiento en el Este, en la Sierra de Cazorla, a su desembocadura en el poniente, junto a las marismas del Parque Doñana, el Guadalquivir es fuente de la vida para el territorio que atraviesa.
El 50% del territorio andaluz es montañoso, una tercera parte se encuentra por encima de los 600 metros, con una gran altiplanicie y 46 cumbres que sobrepasan los 1.000 metros. Por su altitud -Mulhacén y Veleta superan los 3.400 metros - Sierra Nevada, en plena Cordillera Penibética, se erige la reina de las alturas.
En el sistema de ferrocarriles, la gran estrella es el AVE (Tren de Alta Velocidad), que recorre la distancia entre Madrid y Sevilla en apenas dos horas y media y ha supuesto una verdadera revolución. El establecimiento de esta línea ha facilitado a su vez la comunicación entre Madrid y Málaga, cuyos trenes Talgo Pendular pueden utilizar la línea de Alta Velocidad entre Córdoba y la capital del país
Otros enlaces ferroviarios regionales conectan todas las capitales provinciales con varios recorridos diarios. Se mantiene por su interés turístico el tren de lujo Al-Andalus.
Hoy, la red de autopistas, autovías y carreteras se extiende a lo largo de más de 24.000 km.
El tráfico aéreo cuenta en Andalucía con una importante dotación de modernos y amplios aeropuertos: Dos aeropuertos internacionales, Málaga y Sevilla completan una oferta que conecta Andalucía con las principales capitales españolas, europeas y numerosos puntos del resto del mundo.
El lugar estratégico ocupado por Andalucía, bañadas sus costas por el Mediterráneo y el Atlántico, hace de sus puertos, y en concreto el de Algeciras, uno de los nudos principales del tráfico marítimo mundial.
Otros puertos, Huelva, Cádiz, Málaga y Almería, son origen de líneas de transporte y por su extenso litoral se reparten treinta y siete puertos deportivos; además, Sevilla dispone de dos puertos fluviales. Todos son auténticos generadores de una gran actividad comercial y turística.