Cerrada del Utrero

Recorrido: Embalse del Utrero

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo circulardificultad mediaruta a  pie posibleruta en bici no posibleruta en coche no posible
1600 metros45 minutos65 metrosCircularMediaSiNoNo

El río Guadalquivir ha tenido que sortear los múltiples obstáculos que le imponían las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Pacientemente ha ido labrando valles, barrancos y escarpes. La Cerrada del Utrero es un paisaje de paredes verticales talladas por el río. Este sendero esconde multitud de sorpresas... ¡atrévase a descubrirlas!

 

mapa de ruta
 Hace millones de años, cuando aún las fuerzas de la tierra no habían formado estas sierras, el lugar donde nos encontramos estaba sumergido bajo un inmenso mar llamado Thetis. Así se formaron una rocas, denominadas calizas, que, cuando el mar retrocedió, quedaron expuestas a la acción erosiva de la lluvia y los ríos. Este material se disuelve lentamente con el agua, de forma prácticamente imperceptible para el ojo humano.

El resultado de la acción del agua durante millones de años lo puede ver ahora. Observe las rocas que quedan a los lados del inicio del sendero (Ver (1) en el mapa)... ¿ve los surcos paralelos que aparecen tallados con máxima perfección y cuidado? Son pequeños lapiaces que, poco a poco, irán haciéndose más profundos dando fugar a rocas afiladas como cuchillos. Los pobladores de la zona conocen al conjunto de estas formas como lanchares.

cascadaNos internamos en la cerrada. Precipicios, riscos, grandes grietas... el responsable de toda esta magia
lo vemos al poco de haber iniciado la senda: el río Guadalquivir (2). En el tramo alto, el río busca con avidez el mar. Esto ha hecho que haya marcado su propio camino, encajonando cada vez más su curso. Observe como plantas e incluso árboles de tamaño considerable, crecen en riscos y paredes, desafiando la fuerza de la gravedad. Sus poderosas raíces atraviesan y fracturan la roca. Encinas, cornicabras, lentiscos... forman una vegetación exuberante, ¡pareciera que nos hemos adentrado en una selva!.

Comenzamos a escuchar el rumor del agua conforme nos acercamos al río que está rodeado por olmos, higueras y otras especies típicas de bosques de riberas. Así, accedemos al estrecho y alargado Embalse del Utrero (3) , tras el cual la cerrada se abre. El encajonamiento del Guadalquivir ha dejado colgados numerosos arroyos, como el de Linarejos, formándose impresionantes cascadas de varios metros de altura. Este salto, que aquí nos encontramos, se llama Cola de Caballo (4) nombre que nos da idea de su majestuosidad y belleza, sobre todo en época de lluvias o deshielo. La riqueza maderera en las Sierras de y Segura ha sido explotada desde la antigüedad por el nombre. Pero transportar toda esta madera hasta los lugares de consumo era un gran obstáculo difícil de salvar. Se ideó un sistema sencillo y económico: los troncos bajaban por los propios ríos desde los embarcaderos o "aguaderos" lasta las estaciones de ferrocarril de las zonas más bajas desde donde eran distribuidos por toda España. Este transporte exigía la adecuación de los cauces en las zonas de más complicado relieve. Para sortear las cascadas y saltos, se construyeron complicados andamiajes o estructuras fijas de mampostería, llamadas "lanzaderas" o "tiros" que impulsaban la madera desde grandes alturas hasta enormes represas que paraban la caída. A una de estas estructuras corresponde los restos que nos encontramos ¡unto a la cascada de Linarejos. SI agua en este tramo alto del Guadalquivir es de extraordinaria pureza y esconde una importante fauna acuática. Trucha común y arco iris, barbos, bogas... que sirven de alimento a una gran variedad de pequeños mamíferos y aves pescadoras. Con un poco de paciencia pero con mucho silencio podemos ver el perfecto sistema de pesca de especies como el mino acuático... ¡todo un especialista!

Este desfiladero, ya un poco mas amplio y abierto, es el lugar idóneo para poder observar otras aves, esta vez de mayor tamaño, que cazan y anidan en las inmediaciones: las rapaces. En estos cielos planean especies como el águila calzada, el buitre leonado y el alimoche, el carroñero de menor tamaño y especie en peligro de extinción. Al atardecer, cuando el sol afloja, la actividad de la fauna aumenta; los animales comienzan a bajar para beber del cauce del Guadalquivir. Entre venados y corzos, quizás tengamos suerte y podamos ver alguna cabra montes, habitual en los cortados y roquedos de las partes más altas de estas sierras.

Los internamos en la zona conocida como El Valle, desde donde podemos divisar amplias panorámicas de la zona (5) que rodea a la Cerrada del Utrero. Pero va a ser una desafortunada panorámica la que más nos impresione: la ladera que hace unos años quedó arrasada debido a un incendio que quemó un importante número de hectáreas. Aprecie la clara frontera entre la zona desnuda y la Frondosidad del bosque, entre la muerte y la vida... recuerde siempre que se encuentra en un lugar de un alto valor ecológico y que cualquier imprudencia puede tener trágicas consecuencias, ¡cuidémoslo!
Entre cornicabras, enebros, sabinas y muchos pinos, algunos de ellos centenarios (6) , llegamos al tramo final del sendero, coincidente con el inicio otro: la Central del Utrero. Este itinerario nos lleva hasta la Central Hidroeléctrica y a un antiguo molino en la vera del Guadalquivir.

 

 

Fuente: Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía