Los Llanos de Líbar

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo linealdificultad mediaruta a  pie posibleruta en bici no posibleruta en coche no posible
19 km7 horas600 metrosLinealMediaSiNoNo

Los 19 kilómetros de este Sendero Señalizado por la Consejería de Medio Ambiente, que une los pueblos de Montejaque y Cortes de la Frontera, le llegarán a saber a poco. Los Llanos de Libar le ofrece la posibilidad de disfrutar de un paisaje marcado por los colores grisáceos de la desnuda roca caliza y el verde plata de las hojas de la encina.

 

mapa de ruta
 

Comenzamos nuestro recorrido desde Montejaque (Ver 1 en el mapa). Nada más comenzar un primer ascenso, la vista del pueblo con sus callejuelas retorcidas nos permite adivinar su origen árabe, como arrabal de la ciudad de Ronda. De hecho, la más fiel prueba de su pasado nos la ofrece su nombre... y es que Montejaque en árabe viene a significar "montaña perdida".

Y ahora somos nosotros los que nos encaminamos a "perdernos" por los Llanos de Libar. Para ello dejamos atrás los olivares que rodean el pueblo y, al pie de la Sierra de Juan Diego, nos internamos en el primero de los Llanos que recorre este sendero, El Almendral (2) . Todavía podemos ver alguno de los almendros que le dieron su nombre, pero ahora son las encinas, los majuelos y otros arbustos típicos del monte mediterráneo los que abundan.paisaje

Poco a poco nos adentramos en un paisaje de rocas grises: son las calizas. La naturaleza de esta roca determina la panorámica que observamos desde este lugar, denominado El Pozuelo (3) . El agua provoca, tras miles de años, la erosión y el desgaste de las rocas creando multitud de oquedades y recovecos, que pueden ir desde las pequeñas estrías que podemos observar en las rocas, hasta grandes depresiones producidas por el hundimiento del suelo. A las primeras se las conoce como lapiaces, mientras que las segundas se denominan poljes. Estas últimas corresponden a los llanos, siendo los de Libar los más importantes del Parque Natural.

Pero hay otro factor que ha influido decisivamente en la formación de este paisaje y en esta ocasión va a ser el nombre el agente transformante. La ganadería es una de las actividades más importantes de la zona, pero los suelos calizos son escasos en recursos. Así que para conseguir el suficiente pasto para alimentar al ganado es necesario eliminar el arbolado y el matorral, generándose, así, las dehesas y prados arbolados que añora se extienden a nuestros pies (4) . Durante lodo el recorrido podremos observar estructuras que prueban este aprovechamiento ganadero; cercado, vallas, cancelas y abrevaderos... cumplen una importante función, ¡respételos!

encinasTras un primer y extenso prado, nos internamos en una dehesa de encinas muy antiguas (5) . La dehesa también da alimento al ganado. Los animales comen los brotes jóvenes que se encuentran a su alcance en las copas. Entonces, ¿puede, ahora, explicar la exactitud lineal de alguna de las copas de las encinas en su parte inferior?

Estos ejemplares, dada su edad, son más débiles ante las plagas. Observe en algunos de estos árboles los pequeños agujeros y perforaciones que presentan en el tronco, sobre todo en aquellas zonas desprovistas de corteza, llamadas espejos. Son marcas de la actividad de unos insectos, denominados perforadores, que se alimentan de la madera vieja y debilitan el interior del árbol. La sequía y los hongos pueden hacer el resto para que muera definitivamente. Para evitar esta situación, se colocan trampas en las ramas de los árboles, introduciendo en su interior la feromona que emite la hembra, quedando el macho atrapado en la trampa. Posteriormente, se evaluarán las capturas, tomando las decisiones necesarias para evitar la pérdida del bosque.

De nuevo se vuelve a abrir la panorámica, esta vez en la Fuente de Libar. Aquí nos encontramos el Refugio Cortijo de Libar (6), con su impresionante nogal en el patio interior, y el Cortijo de los Correos (7) , Ambos son muestra del antiguo poblamiento de la zona y de la incesante actividad ganadera que aún perdura en la zona. Pero, sin duda, van a ser otros los pobladores que llamen nuestra atención. Los roquedos y las paredes verticales que nos rodean, sirven de refugio para gran cantidad de aves como las chovas piquirrojas, las águilas culebreras y, sobre todo, los majestuosos buitres leonados. Su función en el ecosistema es crucial. Al alimentarse de la carne de reses muertas, evitan que éstas sean foco de enfermedades para el resto del ganado. Fácil será que los veamos circuleando en el cielo sobre alguna posible presa, en espera del momento adecuado.

Nos internamos poco a poco en Sierra Blanquilla (8) . Quizá, a lo largo de este recorrido, haya reparado en algo... ¿no le parece curioso que en el lugar de España en el que más llueve haya tan pocos ríos y arroyos? Y es que el agua, aquí, se encuentra en el mundo subterráneo. Penetra por la infinidad de fracturas y rendijas que provoca en la roca, generando en ocasiones grandes galerías de entrada, como es el caso de las simas y cuevas. Esta zona presenta uno de los complejos subterráneos más extenso de toda la Península Ibérica.

Continuando con nuestro ascenso, alcanzamos una nueva panorámica (9) que nos sirve para situarnos en la zona. Ante nosotros el valle del río Guadiaro y al fondo Jimera de Libar y un poco más cerca Cortes de la Frontera (10) que marcará el final de nuestro camino, tras descender por una pista forestal conocida como el camino de Cortes el Viejo.

 

perfl de ruta
 

Fuente: Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía