Montoro – Ventorro Nuevo
Inicio: Municipio de Montoro.
Final: Ventorro Nuevo.
Localización: Sierra de Montoro. Accedemos a la localidad de Montoro desde la autovía Madrid-Cádiz. Saliendo desde el Puente de las Donadas sobre el Guadalquivir iniciamos nuestra ruta sobre la N-420.
Distancia aproximada: 8 Km.
Puntos de avituallamiento: Municipio de Montoro.
Clasificación: Camino que discurre en su mayoría paralelo al cauce del arroyo Martín Gonzalo. Se puede realizar a pie o en bicicleta. Dificultad media; en época de lluvias deberemos vadear el arroyo en numerosas ocasiones.
Saliendo desde el Puente de las Donadas en Montoro y ascendiendo por la antigua carretera de Cardeña, una vez rebasamos la llamada “Hacienda María José” (antiguo molino de aceite) y llegamos aproximadamente sobre el punto kilométrico 5,6 de la misma; deberemos tomar el camino de tierra que nos queda a la derecha, donde entre olivares comenzará nuestra ruta. A unos 400 metros del Inicio de ésta deberemos estar atentos en un cruce por donde continuaremos hacia la izquierda, comenzando un leve descenso entre areniscas rojas que en ocasiones afloran formando verdaderas calzadas, teniendo a nuestra derecha un “barranco” o “barranquillo” con una frondosa vega de frutales.
Conforme descendemos entre viviendas rurales típicas de la zona “lagares”, van apareciendo “lindones” o “lindes” que desde antaño han marcado los límites entre propiedades y que poco a poco están quedando en desuso, siendo sustituidas por las antiestéticas alambradas. En aquellos lindones que aún se conservan, podemos apreciar especies típicas de monte bajo mediterráneo como, retamas locas, madreselvas, encinillas y algunas otras, no autóctonas colocadas por la mano del hombre como los almendros.
En el descenso podemos ir observando el cambio de materiales entre areniscas rojas y conglomerados tapizados por siemprevivas, rascavieja, chumberas y retamas. En un entrante a la derecha aparece una vaguada con 5 ó 6 álamos blancos que custodian tres pozos y más abajo una pequeña fuente denominada “Fuente de los Coreanos” o “Fuente de la Carne”, donde podemos ver orquídeas y en su interior hepáticas y Ombligos de Venus, o algunos anfibios como la rana común o el tritón jaspeado. Mientras, el arroyo mohino a la izquierda va abriendo un valle que busca el Martín Gonzalo entre tamujares y algunos álamos blancos.
Los conglomerados en la bajada dan paso a los materiales paleozóicos (pizarra), lugar donde podemos parar para contemplar al fin, el Valle del Martín Gonzalo.
Una vez que hemos llegado al cauce del arroyo Martín Gonzalo nos encontramos con un hito de señalización del Sendero de Gran Recorrido — 48 (GR-48) (Montoro-Ventorro Nuevo), que nos indicará la dirección a seguir remontando el arroyo hacia el Norte.
Iremos vadeando el arroyo en múltiples ocasiones, mientras va apareciendo la comunidad típica riparia con tamujares de gran extensión que en otros tiempos se utilizaron para la fabricación de escobas o como material de construcción de chozas para pastores. A nuestra izquierda encontramos un pozo junto a una pequeña casa con su corral de piedra. En el recuerdo queda la huella de arrieros, piconeros y pastores que utilizaron esta vía pecuaria, hoy acallada por el reclamo de la abubilla y la perdiz.
El camino y el arroyo van tomando dirección noreste y si nos acercamos en algún punto a su orilla, podremos descubrir la presencia del galápago leproso, la rana común y la boga de río, abundante en estas aguas someras. Podemos incluso encontrar lugares donde la vegetación de ribera muestra todo su esplendor, no solo arbustivo (tamujos, adelfas y zarzales), sino arbóreo, con especies como el fresno y fácilmente a lo largo de nuestro recorrido nos podremos sorprender con el águila culebrera, o el águila real, sobrevolando sus territorios.
Nos servirán de referencia los múltiples caseríos y lagares que a un lado y a otro se erigen sobre las lomas. Los vados se van sucediendo hasta llegar a la confluencia del arroyo de Mojapies con el Martín Gonzalo, punto donde permaneceremos atentos al hito indicador de la ruta. En este lugar tomaremos el camino de nuestra derecha que nos apartará del cauce del Martín Gonzalo hacia el este, y llevaremos de acompañante ahora, el arroyo de las Gamonosas.
Como en todas las confluencias de vías pecuarias nos encontramos el descansadero conocido por los pastores del lugar como el “descansadero de los tronchaos”, con una vieja casilla del mismo nombre construida con piedra de pizarra.
Las pequeñas casas pastoriles semiderruidas se van sucediendo, testigos del esplendor que este camino tuvo en el pasado. Todavía se pueden ver las escasas hordas de merinos trashumantes, como diría Antonio Machado, abocadas al sedentarismo por la usurpación que en la actualidad sufren las vías pecuarias en desuso. Sirva nuestra práctica senderista para reivindicación de estos caminos ancestrales.
Continuamos caminando paralelos al arroyo de las Gamonosas entre las casas de los Terrines, los Chachos, Paulete y Simón, una de ellas rehabilitada conservando parte de su estructura y arquitectura en la pieza de un antiguo molino de aceite (lagar de Luna).
En algunos puntos, gabiones de piedra impiden que el beso del arroyo en sus meandros se apodere del camino.
Por fin llegaremos a un pequeño puente, donde nuestro itinerario se separa a la derecha del arroyo en un nuevo hito indicativo para tomar una pequeña carretera asfaltada, por la que ascenderemos entre reclamos de alcaudones y rabilargos (conocidos popularmente como mohinos).
Cruzaremos en un puente el arroyo de Cerro Bermejo, donde matorral y monte mediterráneo van siendo sustituidos por olivar, a la vez que las pizarras desaparecen y en su lugar afloran los conglomerados y areniscas rojas (molinazas) típicas de la zona. A nuestra derecha quedará una fuente rodeada por perales, higueras y álamos blancos y poco después conectaremos con una carretera en las inmediaciones del cruce de “La Encarna” y “Ventorro Nuevo”, donde nuevamente un hito nos indicará el final de nuestra etapa.
Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir