Ribera de Villa del Río
Inicio: Fuente de la Higuera (Villa del Río)
Final: Cueva de la Minilla
Distancia aproximada: 4.5 km
Localización: Margen derecha del Guadalquivir a su paso por Villa del Río. Accedemos a fuente de la Higuera desde la autovía de Andalucía N-IV (salida 348 Villa del Río-Cardeña), en dirección a Cardeña A-3101 (antigua N-420) y tras pasar el puente de Hierro, la fuente queda a la derecha bajo una gran higuera.
Clasificación: Ruta fácil, de trazado lineal.
El presente sendero discurre en su mayoría por el conocido como “Camino del Barco”, frecuentado en el periodo de la posguerra civil, cuando la voladura de uno de los tres arcos del puente de Hierro obligó durante más de una década a que la población cruzase el río en barca.
El río Guadalquivir ha entrado de lleno en la provincia de Córdoba, que lo recibe con un bosque de ribera en perfecto estado de conservación a pesar de la presión humana a la que ha sido sometido a lo largo de los años. Rodales de álamo negro escoltan los pilares del puente, sauces se derraman a ambas orillas y la continuidad de la alameda hacen de este tramo uno de los más interesantes del catalogado L.I.C. ES6130015 (Lugar de Interés Comunitario).
La Junta de Andalucía, la Diputación Provincial y el Ayuntamiento de Villa del Río han mejorado este “Camino del Barco”, adecentando numerosos enclaves para la práctica de la pesca deportiva a lo largo del meandro.
Al comenzar la ruta podemos refrescarnos en la Fuente de la Higuera, junto al puente de Hierro, y descubrir en los alrededores al helecho conocido como cola de caballo, una de las primeras plantas pobladoras de nuestro planeta, de excelentes propiedades diuréticas.
Continuamos paralelos a la margen derecha del río justo en la parte interna de la curva del meandro, en donde las aguas presentan menor velocidad, perdiendo capacidad de transporte y sedimentando parte de su carga. En esta zona de depósito, se han extraído tradicionalmente arenas y gravas y es conocida como “gravera de Miguel Muñoz”. De ella, hoy día abandonada y colonizada por tarajes, procedían la mayoría de los cantos rodados que antaño recogían los arrieros y llevaban en sus animales de carga para el empedrado público de las calles del pueblo.
Casi sin darnos cuenta estaremos situados frente a la localidad de Villa del Río, donde destaca el castillo árabe del siglo XI, actual sede del Ayuntamiento.
La vegetación arbórea va cobrando mayor densidad conforme de jamos atrás las antiguas graveras y nos situamos frente al “Paso de las Aceñas”, conocido de esta manera por ser un vado que aprovechaba el dique o azuda que represaba el agua y la conducía hasta estos molinos. Incluso si observamos con detenimiento, podremos ver la antigua mampostería de piedras en el lecho sobre el que se situaba el “Vado de las Aceñas”.
Siempre que se actúa sobre la corriente del río y disminuye la velocidad del agua, en algunos puntos van a aparecer una serie de depósitos que derivarán en pequeñas isletas dispersas en los alrededores de los azudes y represas. En este caso, como ocurre en los Sotos de la Albolafia en la ciudad de Córdoba, el impacto ambiental ha sido positivo, propiciando unos enclaves, isletas rodeadas de corrientes y con abundante vegetación, donde predominan los sauces y los zarzales. En definitiva, la avifauna relacionada con este tipo de ecosistemas ribereños encuentra un hábitat ideal, si a ello sumamos el incremento de la franja de álamos blancos y tarajes, es lógico pensar que estamos ante uno de los puntos de mayor interés ecológico de nuestro recorrido.
Poco a poco desaparecerá el camino al pasar bajo el segundo puente de la autovía e iremos a un lado y a otro del sendero entre majestuosos álamos que van estrechando su franja. Vale la pena contemplar la orilla opuesta donde un perfecto tapiz continuo de sauces y zarzas sirve de refugio a multitud de anátidas y fochas.
Al final de nuestro recorrido la franja de vegetación arbórea se ha estrechado tanto que apenas ocupa unos metros de anchura, teniendo incluso a veces que acercarnos a las tierras de cultivo adyacentes del “Llano de la Anguijuela”para sortear algunos obstáculos rocosos. Habrá un punto en que salvando una pared calcárea vertical, llegaremos a la Cueva de la Minilla y la desembocadura del arroyo Corcomé. En este tramo habrá que hacer una parada para observar con detenimiento los conglomerados rezumando agua carbonatada, formando tobas calcáreas sobre los que crece una peculiar vegetación. Allí abunda el culantrillo de pozo o cabello de Venus, un bello helecho cuyo nombre deriva de su comparación a los pelos de una hermosa cabellera.
Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir