Rio de la Miel

Comienzo del sendero: Desde la barriada del Cobre, antes de llegar a Algeciras, por la carretera N-340 desde Cádiz, parte una pista forestal próxima al colegio Santa María del Cobre, y en la que se encuentra la señal de inicio de sendero

Algeciras, un gran núcleo industrializado, guarda en su interior una joya conservada en unas condiciones sorprendentes: la ribera del Río de la Miel. Gracias a este sendero, que la Consejería de Medio Ambiente pone a su disposición, ahora puede conocerla. Estas aguas ejercían la fuerza necesaria para mover las piedras de los molinos que proporcionaban harina a todo el Campo de Gibraltar... ¡aún aquí continúa alguno en funcionamiento!
El sendero comienza en la Barriada del Cobre (1) , muy conocida en Algeciras y, en su primer tramo, pasa por una pista forestal entre cortijadas y huertos. Poco a poco, el paisaje va perdiendo la huella de la actividad humana. Brezos, aulagas y otras especies dan forma a un matorral mediterráneo típico.
Los alcornoques, insignia de este Parque Natural, no podían faltar a nuestra cita y algunos ejemplares centenarios (2) con sus troncos "desnudos", nos recuerdan una actividad muy tradicional en la zona: la "pela" del alcornoque para la obtención de corcho. En la otra orilla se encuentra el Cerro de las Esclarecidas Bajas. Sobre él podremos ver aves rapaces surcando un cielo, en ocasiones peligroso, debido a los cables de alta tensión que lo atraviesan.
Va a ser en el Molino de la Escalona (3) cuando alcancemos, por fin, la ribera del río. Este molino es uno de los pocos que quedan en funcionamiento aún en Los Alcornocales. El progreso y la incorporación de las nuevas energías a la molienda del trigo han cambiado muchísimo el aspecto de este antiguo molino.
Tras él, como si de un viaje en el tiempo se
tratara, nos topamos de frente y de forma inesperada con un puente de piedra de
estilo medieval (4) . Estrecho y desproporcionado, era punto de paso para
caminantes y caballerías que se dirigían a Medina Sidonia y a la Bahía de Cádiz
desde el Campo de Gibraltar. Este camino se encuentra envuelto en leyendas de
bandoleros asaltando a los viajantes
y transportistas, escondiendo el
botín en la espesura de estos bosques. Los caminos empedrados y ahora olvidados,
las antiguas acequias que dirigían el agua a la ciudad y el trayecto sombrío y
sinuoso envuelven de magia este bello enclave... ¡Quién sabe si disfrutando del
recorrido encontremos algún tesoro oculto desde hace siglos!
Pero más allá de toda fábula, el puente nos sirve como primera aproximación al río, donde nos espera una aliseda en perfecto estado de conservación. Los alisos destacan sobre el resto de la vegetación por sus hojas color verde intenso que, por cierto, en primavera son muy pegajosas. Antes de que éstas crezcan, el árbol florece y, así, el polen se dispersa más fácilmente y sin ningún impedimento. Pero lo más llamativo de esta planta son sus frutos, unas pequeñas "pinas" que permanecen en el árbol bastante tiempo después de haber soltado las semillas. Son conocidas como chillaeras o pitaeras y eran utilizadas como reclamos para cazar conejos y otros animales, e incluso, se utilizaban para realizar tinte negro.
Durante gran parte de nuestro recorrido tendremos que cuidarnos de no tropezar con alguna raíz de aliso. ¿Sabía usted que estos árboles tienen una función muy importante en el medio, ya que enriquecen el suelo de nutrientes gracias a la asociación de sus raíces con unas bacterias?
Dejando atrás el puente,continuamos junto al río. Nos introducimos en un bosque de ribera donde la luz llega muy tamizada, dando la sensación de que nos encontráramos bajo techo... por ello a los bosques de ribera también se les llama bosque en galería. La necesidad de luz aquí abajo es tanta que muchos alisos se encuentran completamente invadidos por plantas enredaderas que trepan por ellos intentando alcanzar un poco de sol.
Al
poco nos encontramos con la Fuente de las Niñas (5) que lleva agua durante todo
el año, siendo un punto ideal para refrescarnos. Cercanos a ella, ejemplares de
rododendro, acebos y ojaranzos son testigos
de una época pasada cuando el clima era más cálido y húmedo. Y es que
este bosque de ribera es muy especial; se le conoce como canuto ¿No le recuerda
a una selva tropical? La erosión de los ríos ha provocado el encajonamiento de
los cauces, encontrando estas plantas las condiciones adecuadas para crecer.
Así consiguieron permanecer en estas tierras, mientras que en el resto de
Europa desaparecían por el efecto de las glaciaciones.
Las ruinas del Molino de El Águila asaltan nuestro sendero. Este molino del siglo XVIII está formado por un edificio de dos plantas; en la inferior se encontraba el sistema sobre el cual el agua del río ejercía su fuerza, moviendo, incluso simultáneamente, sus dos grandes piedras molineras que trituraban el trigo y que se encontraban en la planta alta. El repiqueteo del agua en su transcurrir nos acompaña hasta el final del sendero, donde una pequeña cascada pone fin a nuestro recorrido (7) .

Conocer una vegetación única en Europa es una oportunidad increíble, por ello, la oferta de Uso Público en las cercanías se complementa con otro sendero donde podremos apreciar un nuevo canuto, el Río Guadalmesí. Pero si quiere conocer más esta joya botánica u otros valores del Parque Natural Los Alcornocales, no dude en visitar el Centro de Visitantes El Aljibe que se encuentra en la localidad de Alcalá de los Gazules.
Fuente: Consejería de Medio Ambiente Junta Andalucía