La Peza. Ruta del Alcalde Carbonero
La Peza se encuentra a las faldas de Sierra Nevada y muy próxima a la zona de contacto entre esta y la Sierra de Huétor. El paisaje montañoso domina en prácticamente todo el término municipal y favorece el predominio de las actividades relacionadas con la explotación del monte: ganadería, apicultura, madera...
La leyenda del Alcalde Carbonero, transmitida por P.A. de Alarcón, nos recuerda que hasta hace pocos años la fabricación de carbón vegetal era una actividad fundamental en La Peza. La Peza fue la estación viaria más importante en el "camino viejo de Guadix a Granada" hasta principios del siglo XIX, momento en que se privilegió la actual vía por el Puerto de la Mora.
Testimonio de ese papel son las ruinas del castillo medieval que se conservan en lo alto del pueblo y en el que pernoctó J. Münzer a finales del siglo XV. A partir de entonces La Peza quedó en un segundo plano, aunque el "atraso" económico ha permitido que se conservara uno de los cascos urbanos medievales y moriscos más interesantes de la comarca.
Hoy La Peza, con sus más de 50 km. de pistas forestales, aptas para distintas modalidades de rutas, a través de espacios naturales bien conservados, ofrece todos los atractivos para el turismo rural.
El Ayuntamiento de La Peza, ha realizado una ruta cultural referente a los hechos históricos ocurridos en La Peza a finales del siglo XVIII. Se trata de una iniciativa que pretende dar a conocer a los propios habitantes de la peza de los hechos ocurridos mediante un paseo placentero por el pueblo. De la misma manera se pretende que sirva de atracción turística y permita a los visitantes conocer datos referentes a nuestra historia.
La iniciativa ha consistido en la realización de una serie de azulejos instalados en las diferentes calles del pueblo y que posibilitan un recorrido por el mismo placentero, cultural y turístico.
Hasta el s. XVI, los lapezeños se dedicaban principalmente a la labranza y el pastoreo, tareas facilitadas por ser esta peculiar villa muy rica en aguas y por estar en la falda de Sierra Nevada. Llegó a haber casi 9000 cabezas de ganado hacia finales de ese siglo (mayormente cabras, ovejas y cerdos), y los cultivos más frecuentes eran las muy apreciadas viñas y los morales para la cría de gusanos de seda, también muy bien considerada en el reino. En los siglos siguientes, la actividad económica se centra en tres recursos básicos: los mesones y posadas (por seguir siendo La Peza un punto clave entre el Levante y la Vega granadina), las canteras (ya muy cotizadas desde antaño) y el carbón (pues se dice que los lapezeños son los mejores carboneros de toda Andalucía).
En la hermosa villa de La Peza, el trabajo del carbón va indisolublemente unido a un nombre propio: el de Manuel Atienza, más conocido como el alcalde carbonero. Es éste un personaje de gran calado en la conciencia de los lapezeños, aunque su origen quede oculto tras la leyenda. Sólo un escritor insigne y al mismo tiempo enamorado de La Peza, el accitano Pedro Antonio de Alarcón, podría traernos al presente una figura ten particular como misteriosa.
En su historia “El alcalde carbonero”, Alarcón nos relata la gesta de este hombre en la defensa de La Peza frente al ejército invasor francés, en abril de 1810. Parecía que estaba escrito que la villa caería en manos francesas, pero eso sería a un precio muy alto: un extraño cañón construido por los propios lapezeños, que estalla de tal modo que siembra la muerte tanto en un bando como en el otro, y un alcalde valiente y entregado a su pueblo, llamado Manuel Atienza, que rompe su vara de mando ante el general francés y que se arroja desde un barranco.
Azulejo 1: Año 1.810, era abril para más señas, cuando las tropas de Napoleón se aproximan imparables y victoriosas hacia nuestra villa para conquistarla.
Azulejo 2: El pueblo de La Peza armado de fuerza y coraje, prepara con valentía la defensa. Al mando está Manuel Atienza, su alcalde carbonero.
Azulejo 3: Troncos bajados del monte, trabucos, puñales, hachas, piedras, hondas, garrotes ... todo sirve para defenderse del atroz enemigo.
Azulejo 4: Y como símbolo del coraje y emblema de nuestra memoria: un cañón fabricado entre todos de un tronco de encina, repleto de pólvora, piedras, trozos de hierro ...
Azulejo 5: Doscientos lapeceños toman las armas y voz en grito proclaman: ¡Viva Dios", "Viva La Peza!.
Azulejo 6: Los niños ya se han refugiado en la sierra, las mujeres en la iglesia, un redoble de tambor suena y otro desgarrado grito exclama: ¡cada cual a su puesto!.
Azulejo 7: Doscientos soldados de Napoleónicos curtidos en cien batallas, frente a 200 ciudadanos de la villa armados de su fe de victoria. El alcalde insiste: ¡Somos fuerzas iguales!
Azulejo 8: Comienza la batalla. Fuego, gritos y olor a pólvora por doquier. Piedras lanzadas como proyectiles y cuerpos envueltos febrilmente en la lucha.
Azulejo 9: Y en medio de la confusión reinante, un temible estruendo se apodera de todo; es el cañón de encina que revienta, arrojando más fuego al infierno de la batalla.
Azulejo 10: Atemorizados ante lo ocurrido, apedreados, ennegrecidos por la pólvora, cubiertos de sangre y polvo, los invasores tocan retirada hacia Guadix.
Azulejo 11: Aquel día el poderoso ejercito vencedor de las campañas de Egipto, Italia y Alemania, fue derrotado por un pueblo de pastores y carboneros.
Azulejo 12: Héroes del pueblo que construyen nuestra historia. Manos y corazones que luchan para forjar nuestro destino. Todos, merecen vivir en la memoria del pueblo de La Peza.
Ruta facilitada por el Ayuntamiento de La Peza
Más información: http://www.aldearural.com/lapeza/
Otras rutas por La Peza:
La Peza. Fuente de la gitana - Fábrica de la luz (PR-A 246)