Alcurrucén

Recorrido: Pedro Abad, antiguo poblado de Alcurrucén junto a la Vía Augusta

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo circulardificultad mediaruta a  pie posibleruta en bici no posibleruta en coche no posible
11 Km3,5 horasCircularMediaSiNoNo

Inicio: Pedro Abad.

Final: Pedro Abad.

Distancia aproximada: 11 km.

Localización: Margen izquierda del Guadalquivir por el meandro de Pedro Abad. Accedemos a Pedro Abad desde la autovía de Andalucía, N-IV (salida 368 Pedro Abad-Adamuz en dirección Madrid y salida 367 Pedro Abad-Alcurrucén en dirección a Sevilla).

Clasificación: Ruta fácil ideal para realizarla a pie. La parte intermedia, a partir del final de la carretera CO-401 no es apta para bicicleta o caballo.

Mapa de ruta

La presente ruta discurre en su mayoría por los alrededores del cerro de Alcurrucén, antiguo po­blado romano denominado Salici Martialium.

BosquePartimos desde las inmediaciones del municipio de Pedro Abad, en dirección norte hacia el camino de Alcurrucén. Por este cami­no discurría la antigua carretera CO-401 que unía las poblaciones de Pedro Abad y Adamuz. Al eje­cutarse las obras de la Presa del Salto, la nueva variante sustituyó a ésta, que quedó prácticamente abandonada. Hoy en día el tráfico rodado es casi nulo, dando acce­so solamente a las fincas colin­dantes.

Iremos entre tierras de cultivo de regadío durante unos dos kilóme­tros, dejando a nuestra derecha el camino de “El Carrascal”, ruta alternativa que proponemos para realizarla en bicicleta o a caballo.

Poco a poco la presencia de en­cinas y matorral a los bordes del itinerario se va haciendo más patente, mientras dejamos a la izquierda los cerros alomados de Mudapelo y la Atalaya. Por estas tierras calmas no es difícil avistar aves esteparias como el alcaraván o el avefría recorriendo las alma­gres besanas en los meses de in­vierno.

Puente en AlcaucénEn el último tramo de esta carre­tera bordeamos el cortijo de Al­currucén, y su ganadería de toros bravos, que pueden contemplar­se con precaución tras la valla que nos separa. El Guadalquivir se nos muestra sosegado en las colas del embalse del Salto y por entre las eneas y carrizos pasta el ganado bravo. En la orilla opues­ta, las laderas de Echevarría, en el término municipal de Adamuz, se manifiestan más pendientes y salpicadas de chumberas y ace­buches entre algún que otro abri­go rocoso calizo.

Hemos llegado a la orilla y la ca­rretera finaliza, antaño hubo una barcaza que cruzaba al otro lado. Tomamos ahora un sendero que sale unos veinte metros antes, a la derecha para ir ascendiendo por entre el espeso matorral de coscojas y jaras de estepa.

Esta vereda sube por un desnivel hasta unas antiguas canteras de arenisca roja. Enclave de gran interés por muchos motivos. Una vez situados en el punto más alto, tendremos una vista privilegiada, avistando gran parte del meandro del río y la falda de la sierra por la que discurre hasta su desem­bocadura, frente a nosotros el arroyo de Pedro Gil.

A lo largo de este arrecife rocoso (el enclave recibe el nombre del arrecifillo) se amparan y refugian numerosos especies de matorral noble difíciles de ver por el entor­no cercano, como son los aladier­nos, majuelos, jaras, jazmines sil­vestres e incluso helechos como la doradilla,que se ancla en el empedrado de las canteras.

Ante el maravilloso paisaje nos pueden surgir múltiples preguntas acerca del emplazamiento estra­tégico que desde época romana ha tenido el lugar. Curiosamente este cinturón de espeso matorral y el corte de la piedra a lo largo del arrecife se extiende a lo lar­go de la curva de nivel de 150 metros.

Rio guadalquivirTras visitar las canteras, debere­mos de tomar un estrecho sende­ro que baja hasta el río hasta una caseta de motores de riego. Ya en la orilla, en los alrededores de la toma de agua, la vegetación de matorral da paso a una singular olmeda por la que discurriremos paralelo al cauce en todo su re­corrido. Los álamos blancos se hacen dueños de la ribera y en­tre ellos y las tierras de cultivo adyacentes iremos caminando hasta donde el Guadalquivir gira 90º. En la orilla opuesta, espec­taculares farallones calizos nos muestran oquedades y pequeñas cuevas casi inaccesibles en las cercanías de Algallarín.

Continuamos por la ribera, en tie­rras cercanas al cortijo de “El Ca­rrascal”, hasta pasar una gravera y tierras de regadío próximas al edificio de bombeo propiedad de la Cooperativa de Regantes Santa Rafaela María de Pedro Abad.

El balcón que nos ofrece la esta­ción de bombeo es un observato­rio interesante para localizar aves acuáticas como fochas y pollas de agua, que pululan por entre abun­dantes eneas de este meandro.

Casi sin querer habremos llegado a la vía de servicio de la N-IV, para tomar 500 metros en direc­ción a Montoro y visitar el puente romano. Después de la visita obli­gada a este monumento, retroce­deremos por la vía de servicio que llevaremos de nuevo hasta Pedro Abad.

 

Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir Alto Guadalquivir

alcurrucen

¡Hola! mi nombre es Visitación y mi madre ha estado ahí de pequeña, supuestamente en un cortijo, y la verdad me gustaría saber mas sobre esa zona y si alguien del lugar recuerda algún cortijo por la zona. El abuelo de mi madre y se supone que propietario del cortijo se llamaba Manuel López. Sin otro particular y agradeciendo de antemano cualquier información, recibid un cordial saludo,

Un saludo

Los cortijos de esa zona, son El Carrascal, Mudapelo, que es donde mas gente trabajo por la epoca que me dices, eso es la parte de Pedro Abad.

mi email si quieres contactar conmigo y tener algo mas de informacion es: fotografialarrea@hotmail.com

Un saludo

Hola, soy un aficionado al

Hola, soy un aficionado al senderísmo, cuando bajo por Andalucía siempre me ha atraido el paisaje de esa comarca rivereña a caballo entre Córdoba y Jaén por donde discurre el río Guadalquivir y la nacional IV heredera de la antigua Via Augusta romana, con poblaciones tan singulares como Montoro, Andújar, con su puente que se ve desde la autovía, Pedro Abad, Villa del Río, El Carpio......... y a lo lejos, sobre una atalaya de la campiña señorial y olivarero, Bujalance con su torre inclinada desafiando la "Ley de la gravedad". Tanto ha sido mi interés por esta comarca que siempre he procurado recopilar información sobre la misma, de esta manera llegó a mis manos un cuadernillo muy bien documentado e ilustrado, publicado por la Mancomunidad de municipios, Diputación de Córdoba y Junta de Andalucía; que describe diferentes rutas por la zona, entre ellas me llamó la atención la de ALCURRUCEN, no sé, uno piensa que lo que ves desde la autovía es lo que hay en el paisaje, pero realmente, como relata el cuadernillo, hay mucho más que se nos escapa y que hay que parar, bajarse del coche y ponerse las botas para recorrerlo. Pues bien, esto es lo que decidí hacer un día que pasé con tiempo, dejé mi vehículo en el área de servicio Abades y emprendí mi caminata por la carretera de Alcurrucén, pero cual fué mi frustración y desencanto cuando habiendo recorrido ya unos kilómetros y llegado al punto donde según la descripción de la ruta debía ser el antiguo embarcadero, se pierde el sendero, todo era maleza sin posibilidad de continuid. Allí encontré a un grupo de lugareños que andaban limpiando aquello, entablé conversación con ellos y ya me explicaron que se trataba de una iniciativa ciudadana con la que pretendían recuperar para el uso y disfrute público algo que es de todos y como era de esperar, sin apoyo institucional de ninguna clase. Mi gozo en un pozo, como se suele decir, tras compartir unos minutos con ellos, el tiempo que hubiera invertido en hacer la ruta "inexistente", me vi obligado a volver por los mismos pasos, me sentí engañado y pensé........El librito con las fotos bonitas publicado, el dinero de todos gastado, pero..............¿donde la ruta?....¿ En el baúl de los sueños?. 

Suspenso para las instituciones que deberían implicarse y Matricula de Honor para ese grupo de lugareños que están haciendo realidad el sueño de culalquier caminante, ANDAR, caminar por los espacios públicos de este País sin cancelas ni alambradas. Gracias.