Ribetehilos circular
Este itinerario es especialmente interesante realizarlo con bicicleta de Montaña, aunque también es posible realizarlo a pie ya que los caminos no son excesivamente duros.
El itinerario está trazado por la zona conocida como Abalario, localizada en el sector occidental del Parque Natural de Doñana, es un itinerario que muestra de forma clara cual fue el proceso de colonización de estos territorios durante el presente siglo.
Partiendo desde el poblado forestal de cabezudos situado en el término municipal de Almonte, este poblado es uno de los más importantes de la zona tanto por tamaño como por el tipo de construcciones que alberga. En este sentido, destacan tanto la iglesia como la casa del ingeniero, perteneciente anteriormente a los colonos holandeses que iniciaron los primeros proyectos de transformación forestal en la zona. Ambas construcciones se encuentran situadas en la zona más alta del poblado dejando las viviendas de los trabajadores a sus pies, con una disposición muy ordenada y propio de edificaciones militares. Este hecho nos da una idea del modo en que se realizaron los grandes proyectos de reforestación tras la Guerra Civil española a través del Servicio Hidrológico Forestal, estructurado en "Divisiones" que se distribuían a lo ancho del territorio nacional. Si te das un paseo por el poblado podrás reconocer la pequeña gasolinera, el bar, la fábrica de plástico y otros aspectos curiosos de la época.
Continuando por la carretera se observan fundamentalmente paisajes arenosos con predominio del Arbol australiano que se plantó en esa época, el eucalipto, aunque en los últimos años ha sufrido una paulatina sustitución por otras especies propias de este medio como el pino o el alcornoque, que además facilitan la vida de otras especies animales y vegetales a las que el eucalipto impide vivir. A ambos lados de la carretera aparecen amplias repoblaciones protegidas con tubos para evitar que sean comidas por los conejos, vacas y ciervos que viven en estos parajes.
A pocos Kilómetros (4,5) se encuentra el Poblado de Bodegones, que también fue un poblado importante aunque se encuentra más deteriorado que el anterior, y sólo quedan casas en la margen derecha de la carretera. Tras una breve pausa para contemplar las ruinas del poblado, se debe volver hasta una pista situada justo antes de llegar al poblado, a la izquierda de la carretera, y por ella continuar la ruta a partir de la cual no se volverá a pisar asfalto hasta llegar nuevamente al poblado de Cabezudos al final del recorrido.
Esta pista se inicia al lado de una zona de extracción de áridos ya abandonada. A estas explotaciones se les denomina popularmente "barreras" y con el material que se sacó de ella se construían las pistas y caminos que ayudaban a las labores de repoblación de estos parajes a partir de los años 40.
A los márgenes de este camino se pueden apreciar las obras que se están realizando para devolver a este territorio su apariencia natural, eliminando las masas de eucaliptos existentes y arrancando los "tocones" (raíces) para evitar que vuelvan a rebrotar. En muchas zonas, estos tocones se apilan formando montones para favorecer ei refugio de animales silvestres, fundamentalmente el conejo, que suele fabricar debajo sus madrigueras. Esta actividad es de vital importancia para aumentar su población y con ello favorecer la recuperación de las poblaciones de especies tan amenazadas como el Lince y el Aguila Imperial. Ambas especies encuentran en estos territorios unos ambientes ideales para la dispersión de los jóvenes ya independizados de sus padres.
El camino atraviesa varios puentes ubicados en los pasos de los diferentes arroyuelos conectados al Arroyo de La Rocina, principal curso de agua de esta zona que además supone el aporte más importante de agua dulce que recibe la marisma del Parque Nacional en la actualidad. En algunos de estos puentes también se puede apreciar la gran erosión que estos pequeños arroyos pueden llegar a provocar si las riberas no están debidamente protegidas de vegetación, con la consiguiente pérdida de suelo y colmatación de zonas húmedas.
A unos cuatro kilómetros de la carretera aparece el límite del Parque Natural de Doñana y con él disminuye notablemente el número de eucaliptos, aunque aún quedan algunos rodales la mayoría se han eliminado en amos anteriores. También aquí es más fácil observar ]as numerosas lagunas temporales que salpican el paisaje, las cuales son muy fáciles de distinguir debido a la vegetación más frondosa y con una tonalidad verde oscura que ocupa el lecho. En estas zonas abunda el tojo y los brezos, aunque podemos encontrar relativamente fácil también, el apetitoso madroño, y del que algunos entendidos dicen que su nombre científico (Arbutus unedo) significa "pequeño arbolillo (Arbutus) del que sólo se puede comer un fruto (une-edo)" dada la fama de embriaguez o borrachera que este fruto tiene por su alto contenido en alcohol.
Después de recorrer otros quinientos metros surge una bifurcación del camino en el que se debe seguir recto sin girar a la derecha. Por este camino se llegará al poblado de Abalario, pero antes a unos 700 metros del cruce, a la izquierda del camino, se observa entre los pinos las ruinas de una antigua construcción, a la que podemos acercarnos por un pequeño carril que sale a la izquierda del camino. Estas ruinas pertenecen al vivero la "Mata Juan de Dios" que sirvió durante décadas para surtir de plantas a las repoblaciones que se estaban desarrollando en toda la zona. Aún se pueden observar las pilas de "macetitas" de barro donde se plantaban los pinos hasta que alcanzaban la edad adecuada para poder ser trasplantados al campo. En estos viveros se les regaba regularmente y se les trataba con los abonos y protectores necesarios para el éxito de la repoblación. Cerca del lugar aún se mantienen los pozos y pilas desde donde se recogía el agua para el riego de estas macetas.
Tras volver al carril se continúa en dirección a] poblado de Abalario entre pinares de diferente edad y tamaño. Durante todo el recorrido existen unos puntos de referencia muy destacados, el repetidor y la torreta de incendios situados al lado del poblado y que se pueden ver desde kilómetros de distancia. Al llegar al poblado aparece un depósito de agua y alrededor muchos "boliches". Los boliches son la fórmula tradicional de obtener carbón vegetal de los restos de madera del bosque. Los boliches se elaboran apilando la madera desde la mas gorda a la mas fina, posteriormente se cubre con arena y se prende fuego en el interior, dejando solo alguna chimenea. El proceso es muy lento debido a la ausencia de oxígeno, casi de cocción evitando que la madera se haga ceniza.
Rodeando el poblado, se continuará por la pista que se dirige a Cabezudos para lo cual se deben ignorar las dos pistas primeras que salen a la derecha ya que una va hacia la playa y la otra hacia el Acebuche.
En esta pista el paisaje no varia demasiado pero tiene un punto de interés relevante en Ribetehilos para lo cual se puede consultar del texto correspondiente a esta pasarela de madera.
Tras esta parada seguiremos en dirección a Cabezudos, por una pista rodeada do repoblaciones de pinos y alcornoques hasta llegar al Puente de las Ortigas dónde so observa en la zona do protección del Parque Nacional el hermoso bosque de ribera compuesto por fresnos y sauces y algunos alcornoques de gran tamaño. En este punto también se aprecia la diferencia en el estado do conservación de un lado del puente y otro.
Desde aquí existe una última alternativa, pudiendo visitar unas antiguas calderas de esencia de eucaliptos que aún se utilizan de vez en cuando y una zona de grandes boliches, en lo que se podía considerar una especie de Centro de usos tradicionales. Desde aquí sale un camino hacia Cabazudos donde finalizará el recorrido.