Villafranca - Adamuz

Recorrido: Villafranca - Adamuz

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo linealdificultad mediaruta a  pie posibleruta en bici no posibleruta en coche no posible
17 Km5 horasLinealMediaSiNoNo

Mapa de rutaInicio: Localidad de Villafranca 

Final: Municipio de Adamuz 

Localización: Sierras de Villafranca y Adamuz. Accedemos a Villafranca desde la autovía Madrid-Cádiz y la carretera A-420 que nos llevará a esta localidad. 

Distancia aproximada: 17 Km. 

Puntos de avituallamiento: Villafranca y Adamuz. 

Clasificación: Media; sendero con pendiente ascendente en el tramo entre Fuente Agria y Las Mojoneras.

 

Iniciamos nuestro itinerario junto al cementerio de Villafranca, que bordeamos a su derecha en dirección al albergue juvenil. El camino serpentea por el arroyo del Frontón entre un eucaliptal hasta llegar al paraje de Fuente Agria y el Albergue juvenil. Continuaremos por un sendero en la vaguada donde se localiza la fuente, que iremos ascendiendo hasta llegar a una pista forestal que tomaremos en dirección a nuestra izquierda. 

Caminamos por esta pista forestal, impregnándonos con el olor a ládano de la “jara pringosa” que acompaña al pinar. 

En otros tiempos, el ládano se extraía de una forma muy peculiar, ya que se hacía pasar un rebaño de cabras para que se impregnaran y posteriormente se pasaba un peine por el pelo caprino extrayéndose así la tan preciada esencia. 

Llegando a una leve penillanura (Las Mojoneras), volveremos nuestra vista, para ir dejando atrás, en la vega, el municipio de Villafranca.

En los días más claros podemos avistar gran parte de la comarca, como los términos municipales de Adamuz, y las localidades de Villafranca, El Carpio y Bujalance, e incluso, si la calima nos lo permite, también divisaremos al fondo las Sierras de Jaén (Sierra Mágina).

Si continuamos con nuestro recorrido, irán quedando a la derecha antiguas trincheras, testigos mudos de la desgarradora Guerra Civil en nuestra comarca. Al llegar a un cortafuegos nos detendremos, para divisar a los lejos, al norte, el municipio de Adamuz. El barranco del arroyo de las Calderuelas nos acompañará a nuestra derecha. 

La leve subida, nos va descubriendo nuevas panorámicas al oeste, como son la Vega de Córdoba, el Embalse de San Rafael de Navallana y, en días claros, el Castillo de Almodóvar del Río. Los pinos y eucaliptos van siendo sustituidos por monte mediterráneo que, en ocasiones, podemos encontrar adehesado con trigal. A nuestra derecha, y como nota referencial, quedará un antiguo pozo (pozo de La Sierrezuela). 

En ocasiones, el camino se encuentra protegido por gaviones, que impiden que la erosión en pendiente deslice el terreno. El pinar negral alcanza su plenitud y una variada corte de arbustos lo acompañan, entre ellos destacamos la siempreviva, la jara crisposa o rugosa y la torvisca.

El barranco de las Calderuelas actúa como caja de resonancia en el reclamo de perdices, mohinos y críalos, abundantes en el lugar.

No tardaremos en llegar a la “casilla del guarda”, situada algunos metros antes de la “torreta” de la emisora. Este punto, el más elevado del recorrido, invita al descanso y la contemplación.

Al noreste, podremos divisar el pueblo de Adamuz entre olivos y encinas, mientras la línea recta del AVE, cicatriza el armonioso paisaje alomado de Sierra Morena. 

Poco después de dejar la “torreta” de la emisora y un cortafuegos a nuestra izquierda, iremos descendiendo sin dejar la pista forestal. 

El camino continúa, zigzagueante, entre pinos negrales y un cortafuegos que lo cruza perpendicularmente, hasta llegar al arroyo de la Calderuela. Prácticamente todas las jaras se van sucediendo (jara pringosa, blanca, crisposa y de montpellier). 

El interés botánico aumenta notablemente al descubrir el “matagallos”, arbusto de la familia de las labiadas que fue utilizado para encender los candiles con sus inflorescencias, hecho éste, al que debe su nombre genérico (Phlomis =Llama). 

Entre la fauna típica de estos pinares podemos encontrar y escuchar a la paloma torcaz, el mirlo, la oropéndola, el cuco, o rapaces como el ratonero y el azor, ésta última en su hábitat preferido (el bosque de coníferas). Cruzamos por un pequeño puente el arroyo de la Calderuela, con rosales bravíos, tamujos y adelfas. El camino gira hacia la derecha, buscando el trazado del AVE. En los bordes del arroyo va apareciendo algún que otro acebuche u olivo silvestre mientras subimos una ligera pendiente, punto donde el camino bordea la línea de Alta Velocidad, que volveremos a dejar en la subida. 

Nuevos matorrales como el madroño y el mirto se van sucediendo en esta parte del recorrido.

El fruto del madroño contiene etanol (alcohol etílico), capaz de producir una leve embriaguez si se toma en exceso. Su epíteto específico “unedo” (solo uno) alude al consejo de comer con moderación sus llamativos frutos. 

El mirto, también embriagó, aunque de otra manera a los árabes, que lo “domesticaron” y llevaron su aroma a parques y jardines, donde hoy día aún se puede ver. 

A nuestra derecha irá quedando el peculiar valle de pastizal y jaral del arroyo Tamujoso y el pequeño valle del Tamujosillo. Conforme avanzamos, la subida se va haciendo más pronunciada, debiendo permanecer atentos a los bordes del camino, ya que aparecen espectaculares bañas de jabalí. 

Las bañas son pequeñas depresiones del terreno, llenas de agua por lo general, donde éstos, gustan de descansar y bañarse. Este comportamiento tan peculiar, les ayuda a librarse de los parásitos de la piel. También se ha comprobado que el barro de estas bañas tiene propiedades terapéuticas para el animal. 

Ahora el camino desciende hacia el paraje de “La Vega la Puente” junto a la finca de “La Meca”, llegando de esta forma a una pequeña “caseta forestal” a orillas del Tamujoso, donde conectaremos con la carretera de Adamuz-Los Conventos. Una vez aquí, giraremos a la derecha por la carretera asfaltada y cruzaremos el Tamujoso por un puente, así como la línea de Alta Velocidad. 

Este tramo del recorrido hasta Adamuz se encuentra señalizado por el Sendero de Gran Recorrido (G.R.-48). El bosque mediterráneo se hace partícipe en este prado de “El Chaparral”. Destacamos la belleza y armonía de la dehesa en los bordes del arroyo del Parrosillo, donde el camino se vuelve de tierra. En la próxima bifurcación, deberemos tomar la dirección de la izquierda que nos llevará hasta las huertas cercanas a la localidad de Adamuz, punto donde finaliza nuestro itinerario.

 

Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir Alto Guadalquivir