Montoro - Algallarín. Margen izquierda Guadalquivir
Inicio: Puente de las Donadas (Montoro)
Final: Puente Nuevo de Algallarín
Distancia aproximada: 8,3 Km
Localización: Margen izquierda del Guadalquivir a lo largo de la ribera de Montoro, desde el puente de las Donadas.
Clasificación: Baja, ideal para hacerla a pie, en bicicleta o a caballo

Partimos del
puente de las Donadas de Montoro, en el lado izquierdo, bajando por el mirador
de la calle puente. Mientras discurrimos paralelos al río por un camino
habilitado, dejamos a un lado las aceñas de los Castillos o de las Aceñuelas,
en el lado opuesto la fuente de la Oliva.
Caminamos entre la pendiente que separa Montoro y el río en este tramo, entre huertos familiares, olivos y restos de murallas del siglo XIX, donde hasta hace muy poco hubo hasta dos barcas que cruzaban al lado opuesto, una de ellas conocida localmente como “el barco de Manolón”.
Poco a poco
bajamos, dejando atrás el meandro de la antigua Épora, entre antiguos
materiales de tonalidad oscura grisácea que el río ha labrado en su abrazo a la
roca. A nuestra izquierda, la estación depuradora de aguas residuales, desde
donde continuamos el sendero ya salpicado por almendros. Vuelven a aparecer de
nuevo unas aceñas, las ultimas en el término municipal montoreño, conocidas
como las de “Los Batanejos”. Estos molinos harineros se encuentran emplazados
en la margen izquierda, situados en la parte más baja del río, en el lugar que
los habitantes de esta localidad denominan como la Breña, bajo las
instalaciones de la Huerta Mayor, lindando con las conocidas laderas de Rosero.
Pasando una fuente, continuamos a mitad de ladera por un bello sendero salpicado de majuelos, acercándonos tímidamente al cauce al cruzar el arroyo Capillas, donde la vegetación de ribera se vuelve mas exuberante y bien representada por álamos blancos, tarajes, sauces, almeces y extensos rodales de álamos negros (chopos).
Volveremos a la
orilla del río por un antiguo camino empedrado descendente, entre huertas y frutales,
hasta encontrar un aljibe de arenisca roja junto a una casa. A partir de este
momento sólo podemos optar por seguir el intrincado sendero que discurre
paralelo a la vegetación ribereña, sorteando los pedregales que nos anuncian un
encajonamiento pronunciado del río en este tramo entre las laderas de Capillas
y la de las Atalayuelas.
La acusada pendiente ha propiciado que el hombre apenas haya explotado la zona desde el punto de vista agrícola y por lo tanto aún es posible encontrar retazos de matorral mediterráneo con lentiscos, majuelos y cornicabras. Es curioso observar las agallas de esta última especie en forma de cuerno de cabra.
Poco a poco se irá
abriendo ante nosotros una amplia vegueta salpicada de posturas de olivar, donde
numerosos conejos juguetean sin alejarse demasiado del espeso matorral cercano.
Un viejo caserón derruido nos invita a contemplar, desde su balconada, la orilla
opuesta donde el río Arenoso entrega sus aguas al Guadalquivir por entre la
dehesa de la Cejuela.
Llegaremos al nuevo puente sobre el río Guadalquivir para cruzar en dirección a Algallarín (aldea del vecino Adamuz) y conectar en la orilla opuesta con la ruta del Camino de las Viñuelas.
Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir