Molinos de los Huertos de San Fernando
Inicio: Huertos Familiares de San Fernando
Final: Central Hidroeléctrica de la Isabela
Distancia aproximada: 2 Km. (ida)
Localización: Margen izquierda del Guadalquivir a su paso por Los Huertos de San Fernando (Montoro). Accedemos a la ruta desde la Autovía de Andalucía, N-IV (salida 356, Huertos Familiares de San Fernando).
Clasificación: Ruta fácil, de trazado lineal. Ideal para hacerla a pie o a caballo. Existe algún tramo con dificultad para la bicicleta.
Esta breve ruta pretende acercar a dos Molinos: Las Aceñas de Fernando Alonso y las Aceñas Nuevas de S. Cristóbal.
Accedemos a la ruta desde los Huertos Familiares, que deben el nombre a su origen puesto que comenzaron siendo pequeños huertos de familias de Montoro que poco a poco se fueron estableciendo en la zona. Se trata de un núcleo de población de estructura irregular, formado por edificaciones bajas y espaciadas.
Tomamos la calle principal o camino de la Vega de Armijo y después de transitar 300 metros desde la parada del autobús y tras cruzar un puente sobre el arroyo del Encinar, cogemos el camino que nace a la izquierda, descendente en dirección al río y paralelo al arroyo.
Una vez en la ribera del cauce vale la pena detenerse a contemplar las antiguas aceñas de Fernando Alonso. Esta infraestructura tiene el privilegio de contar con los testimonios documentales más antiguos sobre las construcciones hidráulicas habidas en el ruedo de Montoro, gracias a la información ofrecida por los protocolos notariales de la ciudad de Córdoba durante el siglo XV y al libro tumbo de San Jerónimo de Valparaíso.
Continuaremos por la margen izquierda del río vadeando algunos arroyuelos y vaguadas que darán paso a un paredón calcáreo tapizado de higueras y helechos de pozo. La vegetación de ribera es rica en carrizos, álamos blancos y sauces, mientras que el cauce se va haciendo más ancho y la corriente disminuye anunciándonos la próxima presa de la Isabela. Estas condiciones de aguas tranquilas y abundante vegetación palustre (adaptada a estar parcialmente sumergida) van a propiciar que numerosas aves acuáticas encuentren su hábitat en este tranquilo meandro. No es raro en los meses invernales observar gran número de cormoranes posados sobre los troncos semihorizontales que se postran al cauce, donde gustan de extender sus alas para secar el plumaje.
Seguimos el sendero, pegados al cauce donde nos sorprenden unos grandes bloques de conglomerados triásicos, con formas caprichosas y oquedades entre sus cantos rodados en los que tan sólo las higueras chumbas son capaces de anclarse y desafiar tanto a la ley de la gravedad como la falta de sustrato que las mantenga. Este lugar de pedregales es un pequeño reducto para especies de matorral mediterráneo como el acebuche, el lentisco, las jaras y las esparragueras serreñas.
El bosque de ribera ha quedado reducido a poco más de unos metros durante el encajonamiento, para poco después abrirse a una extensa vegueta. En la orilla opuesta, los mismos conglomerados triásicos parecen tener continuidad con grandes estructuras verticales tapizadas tímidamente por acebuches, parientes silvestres del olivo.
Estamos llegando al final de nuestra ruta, pero antes nos detendremos y reposaremos en la pesada piedra de molino que descansa bajo un gran olmo, testigo de la actividad que esta aceña, conocida como “Aceñas Nuevas de San Cristóbal” tuviera en el pasado.
Las “Aceñas Nuevas de San Cristóbal” datan del siglo XVI y se tiene constancia de que fueron utilizadas para el batanaje de paños pardos en sus tres edificios, durante el S. XVIII. Hoy en día han sido transformadas en una central hidroeléctrica conocida como la Isabela, aunque aún se puedan apreciar algunos restos del antiguo edificio.
Observaciones: Una vez concluido el itinerario lineal, podemos volver por el mismo sitio, o bien optar por regresar por el camino que une la central eléctrica con la carretera de los Huertos de San Fernando, durante dos kilómetros y medio (Camino de la Fábrica de Luz).
Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir