Ruta de los conglomerados

Recorrido: Conglomerados Triásicos, Camino empedrado del Cordel de las Vacas Bravas

LongitudDuraciónDesnivelTipoDificultadA pieEn biciEn coche
longitudduraciondesniveltipo linealdificultad bajaruta a  pie posibleruta en bici posibleruta en coche no posible
4 Km1,5 horasLinealBajaSiSiNo

 

Inicio: Carretera A-2100 (antigua CO-511) de Montoro a la Fuensanta,poco antes de PK. 12

Final: Carretera CO-511 (Puente sobre el arroyo Rosines).

Distancia aproximada: 4 km (ida)

Localización:Término Municipal de Montoro. Para llegar al Inicio de la ruta hay que tomar la CO-511 desde el puente de las Donadas en di­rección a la ermita de la Fuensanta. Tras pasar el puente sobre el arroyo Martín Gonzalo unos 300 metros, el camino que nos sale a la derecha.

Clasificación: Ruta fácil, de trazado lineal. Ideal para hacerla a pie o a caballo. Existe algún tramo con dificultad para la bicicleta.

 

Mapa de ruta

 

 

Iniciamos nuestra Ruta por el camino que desciende desde la Huerta de Zapato hasta el río. Llegaremos a unas antiguas can­teras abandonadas en la orilla del río, debajo de la central eléctCentaral La Isabelarica de la Isabela, en el margen dere­cho del Guadalquivir, por donde remontaremos aguas arriba.

Desde esta orilla, opuesta a las antiguas Aceñas Nuevas de San Cristóbal, hoy en día transfor­madas en central hidroeléctrica, podemos observar las grandes di­mensiones de este edificio de casi 500 años de antigüedad.

El sendero se encaja entre el cau­ce del río y un paredón de con­glomerados triásicos de casi 20 metros en vertical, en la base de esta pared, adelfas, higueras y acebuches compiten por buscarse un hueco entre las rojas fisuras ro­cosas. Multitud de aves rupícolas como el cernícalo o el mochuelo, encuentran su hábitat ideal entre estos espectaculares farallones.

ConglomeradosLos presentes conglomerados tie­nen una base discordante calcárea más clara sobre el Paleozoico, esto va a propiciar que sobre la parte baja de esta pared se anclen helechos de pozo (Adiantum capi­llus-veneris) y también aparezcan fisuras por donde surge espontá­neamente el agua, incluso en los meses de estío. Entre una gran higuera se abre un pasadizo que nos lleva a una fuente donde po­dremos calmar la sed. La obra de ladrillo macizo del pequeño pilar nos lleva a pensar en la antigüe­dad de este venero.

Desde el sendero, a media ladera, se divisa el acusado meandro de aguas tranquilas donde una infini­dad de aves acuáticas buscan re­fugio entre la vegetación palustre.

Abandonamos la pared rocosa para continuar ribera arriba hasta llegar a una valla junto a una al­mez, punto donde abandonamos la compañía del río Guadalquivir para continuar por el arroyo de Rosines, que viene a nuestra iz­quierda entre las laderas de Pe­ñarrubia y Sotoalto.

ConglomeradosHemos creído oportuno remontar este arroyo ya que es uno de los enclaves geomorfológicos de más interés del entorno. Los grandes bloques de conglomerados del Bunter aparecen diseminados en valles encajados de la Sierra de Montoro, siendo su presencia ca­racterística en la zona y única de este tipo en la provincia de Cór­doba.

La vegetación de ribera predomi­nante, como en gran parte de los arroyos del margen derecho del Guadalquivir en este tramo, es el tamujo, acompañado de adelfas, zarzas y parras silvestres.

Pronto nos veremos inmersos en un desfiladero de conglomerados triásicos donde los líquenes im­primen colores ocres amarillen­tos y grisáceos a las estructuras tabulares y caprichosas. Entre la vegetación mediterránea de este laberinto pétreo destaca una co­munidad rica en mirto, acebuche, aulagas y retama. Se recomienda descansar en una de las “mesas” rocosas para contemplar la pano­rámica del estrecho valle que se asoma al Guadalquivir, donde a lo lejos se divisa la torre de Vi­llaverde, una torre telegráfica de origen árabe cuya misión era la comunicación mediante señales a otras torres telegráficas cercanas como la del Cerro la Nava.

Finalizamos nuestra ruta en la confluencia del arroyo de Rosines con la carretera CO-511.

Observaciones: Si queremos realizar la ruta de manera circular, seguiremos re­montando el arroyo Rosines y una vez en el cruce de las dos carreteras (CO-511, CP-200), cien metros por la primera, to­maremos el camino que nos sale a la izquierda y que coincide con la vía pecuaria “Cordel de las Vacas Bravas” que tras pasar las casas de la Palmilla, desciende empedrado justamente hasta el puente sobre el Martín Gonzalo, punto muy cercano a Inicio de la ruta.

Ruta facilitada por la Mancomunidad de Municipios del Alto Guadalquivir Alto Guadalquivir

Torre telegráfica de la Nava

esta torre no era de origen árabe. Pertenece a la Línea telegráfica de Andalucía del Brigadier Mathé (1850-1857), para que el ministro de la Gobernación de la reina Isabel II se comunicara con Cádiz y otras provincias intermedias. En mi libro "la telegrafía óptica en Andalucía", están catalogadas todas las torres,las conservadas y las desaparecidas. El telégrafo óptico del cerro de la Nava se comunicaba con la torre anterior de la Casa de la Onza (sus ruinas son conocidas como el Baluarte de la Onza) y con la siguiente que aún permanece en el cerro de la Loma de Mingasquete (desde Montoro en dirección a Bujalance y desvío a Pedro Abad. Carlos Sánchez Ruiz